martes, 29 de octubre de 2013

¿Obstrucción o detrusor hipo o acontráctil?

Os presentamos dos pacientes varones estudiados en la unidad de urodinamia. Ambos presentan una frecuencia miccional diurna de 2 horas aproximadamente y flujo débil.


Caso A

Caso B

Dos micciones parecidas pero por causas distintas. Si son causas distintas, el tratamiento también lo será. ¿Cuál de los dos casos es un paciente obstruido? ¿Cuál de los dos casos el flujo débil es por un problema de contractilidad del detrusor?

La ventaja y la diferencia principal del estudio urodinámico a la flujometría es que en la urodinamia registramos las presiones de la vejiga.

Aquí tenéis la respuesta:

Caso A

Caso B

jueves, 24 de octubre de 2013

Estudio urodinámico: ¿en qué consiste?

El estudio urodinámico es una prueba diagnóstica no dolorosa que permite conocer el funcionamiento de la vejiga. El paciente debe acudir a la prueba con ganas de orinar, ya que se le pedirá que orine en un aparato denominado flujómetro que valora el volumen miccional y la fuerza del flujo.


Tras la flujometría se calcula el residuo postmiccional (a través de un catéter uretral o realizando una ecografía vesical).

El estudio urodinámico consta de una fase de llenado o cistometría y de una fase de vaciado o estudio presión/flujo. El objetivo del estudio es reproducir un ciclo miccional del/ de la paciente. A lo largo de la prueba se registra la presión abdominal y la presión del detrusor (músculo de la vejiga). Para ello se introduce una sonda uretral de doble vía y una sonda en el recto.

A continuación, se infunde suero fisiológico para reproducir el llenado vesical. Durante la cistometría se debe registrar/anotar cualquier episodio relevante como el deseo miccional, escapes de orina, dolor etc. Una vez que el paciente ya presenta un deseo miccional importante damos paso a la última parte de la prueba, el estudio presión/flujo, para ello se pide al paciente que orine.


                                                                    CISTOMETRÍA


                                                             ESTUDIO PRESIÓN/FLUJO

 

martes, 8 de octubre de 2013

Gracias doctor, gracias por devolverme mi vida.

Relato mi experiencia con el objetivo de ayudar a otras mujeres que pudieran estar en la situación en que yo me encontré durante 11 años.

En el 2001 tuve a mi segundo bebe, y creo que es desde aquel momento que empecé a tener perdidas de orina. Estos escapes de orina, muy leves al inicio, con el transcurso de los años fueron en aumento,  hasta llegar a un punto que toser, reír, bailar, caminar e incluso en mis relaciones sexuales se me escapaba. Llegó un momento que al gimnasio solo podía ir para hacer bicicleta estática, por el mero hecho de que estaba sentada.

Me llegó a afectar tanto, que me cambió el carácter, me  estaba convirtiendo en una persona sedentaria, triste, preocupada y con temor de oler a orina.

Aunque hice recuperación de suelo pélvico, mi problema persistía. Nunca había pensado en la operación, ya que había escuchado siempre que estas operaciones no funcionaban.

Fue durante el verano que una amiga me dijo - vamos al supermercado en bici-. Y yo le comenté que no podía porque se me escapaba la orina con los esfuerzos.

Dio la casualidad que me explicó que ella había tenido el mismo problema, pero que se había operado y nunca más había perdido.

Con la idea de la operación en mente, se lo comenté a mi ginecóloga que no sabia nada de mi tema "tabú", y me derivó al urólogo. Tras realizar la visita médica y las pruebas necesarias para valorar mi problema se decidió que lo mejor era operarme.

Y así fue, me operé en noviembre del año pasado, después de sufrir pérdidas de orina durante 11 años. La operación fue muy bien, ya en casa tuve que hacer mucho reposo y no hacer esfuerzos durante un tiempo. A los pocos días de operarme, estornudé y se me escapó, por supuesto me asusté y pensé que la operación no había servido de nada, pero mi doctor me dijo que era normal, que todavía estaba cicatrizando.

A los 6 meses de la operación tuve revisión y todo estaba perfecto, no tenia escapes ni al estornudar, ni al bailar, ni al caminar, etc…tan solo en los días previos a la menstruación y mientras la tenía, perdía alguna gota de orina y no siempre. Hecho que, el médico me comentó que mejoraría ya que seguía cicatrizando.

Ahora cuando han pasado 9 meses desde la operación, y ya en mis vacaciones, mi vida ha dado un giro de 360 grados, voy al supermercado en bici, hago excursiones de senderismo, bailo, salto y me río sin temor a que se me pueda escapar.

Feliz de nuevo, feliz de volver a mi vida de antes, feliz de volver a ser yo. Sólo me arrepiento, de no haberme operado antes.

Gracias doctor, gracias por devolverme mi vida.