El autosondaje intermitente es una técnica limpia no estéril que consiste en la introducción de un catéter lubricado en la uretra con la finalidad de vaciar la orina residual de la vejiga.
El objetivo de los autocateterismos intermitentes es conseguir un vaciado completo de la vejiga, evitando así residuos postmiccionales elevados que suponen un riesgo para la función renal y/o pueden ser el foco de la proliferación de las bacterias en pacientes con infecciones de orina de repetición.
Siempre y cuando la micción voluntaria esté conservada el sondaje intermitente debe hacerse tras ésta, con la finalidad de retirar aquel volumen que no ha podido ser evacuado. El número de sondajes al día será pautado por el urólogo/a.
Las sondas que se utilizan para realizar el sondaje intermitente son de un sólo uso y hay de dos tipos: lubricadas e hidrofílicas (se activan con agua).
El autosondaje intermitente suele ser temporal en pacientes sin patología neurológica (espina bífida, esclerosis múltiple, lesión medular...), por ello es importante realizar el registro diario de los residuos postmiccionales evacuados con la sonda. Este registro permite al urólogo ver la evolución del tratamiento y los volúmenes retirados, los cuales suelen ir disminuyendo progresivamente y con ello, el número de sondajes.
El autocateterismo intermitente es una técnica limpia e indolora, que mejora la calidad de vida y la autonomía del paciente.
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