La vejiga es un órgano hueco formado mayoritariamente por músculo liso. Está situado en la parte inferior del abdomen y su principal función es la de almacenaje y vaciado de orina.
Para la función de almacenaje requiere de un reservorio a baja presión pero que permita una máxima capacidad y de un control voluntario sobre la continencia. La fase de vaciado reposa en el control voluntario de esfínteres y de la pared vesical.
La DVE se caracteriza por una actividad simultánea del músculo detrusor y del esfínter uretral externo. Para el funcionamiento correcto tanto del almacenaje como del vaciado es necesaria una coordinación constante de estas dos estructuras, ambas controladas por el sistema nervioso central y periférico, de modo que una lesión neurológica o un traumatismo pueden provocar alteraciones en el llenado y vaciado de la vejiga.
En condiciones normales, en el momento de la relajación del esfínter externo, el detrusor se contrae abriendo la uretra con el mínimo esfuerzo consiguiendo la micción.
El síntoma más común en la disinergia es un chorro urinario descoordinado e interrumpido.
La urodinamia es clave en la detección de la disinergia y en el control de las complicaciones asociadas.
Según un estudio sobre el impacto clínico del uso de toxina botulínica en el manejo de la disinergia detrusor-esfínter en pacientes pediátricos con vejiga neurogénica, los signos urodinámicos muestran una asociación entre una alta presión miccional y la interrupción del flujo, sin alteración del vaciado completo de la vejiga.
La disinergia vesicoesfinteriana puede ser congénita o adquirida:
La disinergia adquirida puede ser debida a una respuesta aprendida para inhibir la micción cuando el niño no quiere interrumpir lo que está haciendo para ir a orinar.
En cuanto al tratamiento, Ebiloglu T et al (2), Blanco JL et al (3) y Bauer B et al (6) reflejan la efectividad del tratamiento de fisioterapia en pacientes con disinergia vesicoesfinteriana empleando programas de biofeedback.
Otras opciones terapéuticas: cateterismo intermitente combinado con anticolinérgicos ayudan a disminuir la presión del detrusor. Aunque se han probado alfa-bloqueantes y las benzodiacepinas, el tratamiento farmacológico tiene un papel muy limitado en el control de la disinergia.
Si el cateterismo intermitente no se puede llevar a cabo es posible recurrir a intervenciones más agresivas. En ese caso los tratamientos más frecuentes son la esfinterotomía externa, la inyección interesfinteriana de toxina botulínica tipo A y stents uretrales.
Bibliografía:
Martínez JA, Cuevas-Alpucheuan JO, Camacho-Castro AJ, Osornio-Sánchez V, Ahumada-Tamayo S, Fernández-Noyola G et al. Impacto clínico del uso de toxina botulínica en el manejo de la disinergia detrusor-esfínter en pacientes pediátricos con vejiga neurogénica. Rev Mex Urol. 2013; 73(2): 62-65.
Miguélez C. Urodinámica pediátrica. An Pediatr Contin. 2010; 8(6): 307-12.
Blanco JL et al. Tratamiento de los trastornos miccionales en niños mediante biofeeback. Cir Pediatr 2006; 19:61-65
Bauer B et al. Biofeedback training for lower urinary tract symptoms: factos affecting efficacy. Jour Urol. 2009. Vol. 182;2050-2055
Ebiloglu T, Kaya E, Kopru B, Topuz B, Irkilata HC, Kibar Y.Biofeedback as a first-line treatment for overactive bladder syndrome refractory to standard urotherapy in children. J pediatr Urol. 2016.
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