Este síntoma se da en personas mayores, a partir de 50 años, aunque de forma ocasional, algunos pacientes lo sufren antes. Afecta más a los hombres: de cada diez afectados, sólo tres son mujeres. Estas personas se despiertan con ganas de orinar, se levantan, van al lavabo y vuelven a dormir. El síntoma, por lo tanto, no tiene nada que ver con la enuresis o micciones incontroladas de los niños durante la noche, puesto que los afectados tienen control de la orina.
La nocturia provoca que los afectados se sienten faltos de energía y de capacidad para realizar actividad física durante el día.
De manera tradicional, se ha distinguido entre dos tipos principales. Por un lado, la nocturia de pacientes que producen orina en exceso por la noche debido, entre otras razones, a que toman fármacos diuréticos por un problema cardiaco. Por otro lado, destacan las personas con un trastorno en la vejiga, sin exceso de producción de líquidos.
En una encuesta ambulatoria en la que se preguntó sobre la nocturia, los pacientes afirmaron que, con diferencia, "era el síntoma que más les había impactado sobre la calidad de vida en general, entre un 15% y un 20%". Supone un deterioro muy importante para la calidad de vida de los afectados, ya que al día siguiente se sienten faltos de energía y de capacidad para realizar actividad física, además de la percepción de aislamiento frente al problema.
Ahora, por primera vez, se ha realizado un estudio específico, "Nocturia Study", que ha relacionado los trabajos sobre este síntoma y otros sobre el sueño, con la colaboración de Eduard Estivill, doctor experto en sueño, quien ha realizado un registro continuo y pionero de estos pacientes. Los participantes ingresaron en el hospital por la tarde con la intención de pasar toda la noche, cenaron, se les pidió que realizasen las actividades que, de forma habitual, realizaban en casa y que se levantaran al baño cuando sintieran necesidad.
Los voluntarios recibieron un diario para apuntar la hora a la que se iban a dormir y a la que se levantaban para miccionar. Entonces se realizaba una flujometría para obtener una medición objetiva, más allá de las impresiones, a menudo inconcretas, de los pacientes.
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